Todos somos capaces de hacer un buen número de cosas y, a
la vez, todos somos “incapaces” de hacer muchas otras. Esas “capacidades” e
“incapacidades” nos van a acompañar –e irán modificándose- a lo largo de toda
nuestra vida.
Para la sociedad, que algunas personas no seamos capaces
de hacer según qué no implica ningún tipo de discapacidad. Otras personas, en
cambio, no disponen de esa misma suerte, ya que, aun siendo tan capaces como
nosotros, “sus diferencias” hacen que esa misma sociedad les cuelgue la
etiqueta de la “discapacidad”.
Y es que, la sociedad parte a menudo de esa falta de
capacidad a la hora de llevar a cabo algo, o hacerlo de una manera distinta a
la de la mayoría, para marcar una línea desde la que señalar que considera “normal” y qué no.
Etiquetar a las personas valorando únicamente qué son
capaces de hacer o no es, además de injusto, totalmente discriminatorio. Y es
en ese punto cuando estamos impidiendo que las personas con unas capacidades
diferentes puedan tener igualdad de oportunidades y hacer valer sus derechos.
TIC's y discapacidad, combinación de éxito
Si hay algo que ha contribuido de manera efectiva a
acortar esas diferencias y abrir todo un mundo de posibilidades en el día a día
de las personas con discapacidad son, indudablemente, las nuevas tecnologías.
La irrupción de las TIC y las adaptaciones tecnológicas
permiten a las personas con discapacidad reducir las situaciones de dependencia,
incrementar su autonomía personal, acceder a empleos que hace unos años eran
impensables para ellos, tener el mundo
al alcance de la mano gracias a Internet, adaptarse a un entorno que no siempre
es “amigo”, comunicarse mejor, etc. Y todo ello, por extensión, se traduce en
una mejora de su calidad de vida de una manera integral.
Es cierto que esas tecnologías pueden llegar a
convertirse en un regalo envenenado: por un lado ayudan a que las oportunidades
se incrementen, pero también pueden ser las responsable de que la brecha
tecnológica se acentúe.
Esas TIC, que son un buen estímulo para las personas con
discapacidad, al mismo tiempo, pueden contribuir a hacer mayores las
desigualdades si no son asequibles, si su diseño no se adapta a todas las
necesidades y si no se potencia el acceso a ellas a través de la formación. Es
decir, pueden levantar barreras de accesibilidad, económicas, de acceso a su
uso, etc.
De capacidades, de nuevas tecnologías, de derechos y de mucho
más se hablará y debatirá el próximo 17 de noviembre en la jornada #di_capacidad.
Las TIC al Servicio de las personas, organizada por el Observatorio de la Discapacidad Física
(ODf).
El acto permitirá compartir experiencias y conocimientos
entre otros con el presidente del CERMI, Luis Cayo; el director científico de
la Fundación Vodafone España, Javier del Arco, la directora de GESOP, Àngels
Pont o Juanjo Bilbao, el creador de la App EsAccesible.
Ponerse en el lugar del otro es una tarea ardua, aunque
entendemos que es la única manera de poder experimentar qué siente esa persona
que es diferente a nosotros.
Y disponer de información de primera mano es la mejor
manera de poder empezar a actuar sobre algo. Por ese motivo, el 17 de noviembre
en CaixaForum Barcelona, los participantes y asistentes se pondrán en el lugar
de todas aquellas personas que tienen unas capacidades distintas a las de la
mayoría.
También se celebrará el primer año de vida del ODF dando a conocer la
tarea realizada hasta ahora por éste, mostrando cuál es la realidad que vive el
sector y visibilizando la situación de las personas con discapacidad. Únicamente
disponiendo y analizando la información será posible
diseñar políticas y acciones enfocadas a “normalizar” esas diferencias y
garantizar los derechos de las personas con discapacidad.
Por
eso, la puesta en marcha de instrumentos técnicos al servicio de la sociedad
para la recopilación, sistematización, actualización, generación y difusión de
información relacionada con el ámbito de la discapacidad siempre son, por tanto
bienvenidos, así que la existencia del Observatorio de la Discapacidad Física
(ODF) es motivo de alegría.
La solidaridad y el altruismo tienen
premio
El encuentro del 17 de noviembre también acogerá la
entrega del I Premio Ricard Vaccaro a la Ética y Compromiso Social. Este
galardón, promovido desde el colectivo de personas con discapacidad, tiene como
objetivo reconocer la labor de aquellas personas/entidades que destacan su trayectoria asociativa y compromiso para
con la sociedad y su contribución al bien común y a la promoción de los valores
de solidaridad y altruismo.
Con la jornada del mes de noviembre el Observatorio busca definir, también, un punto común entre los diferentes actores (Administraciones, entidades no lucrativas del Tercer Sector, sector privado comprometido con políticas RSC, etc.) para trabajar de manera conjunta con el fin de conseguir una sociedad más inclusiva y respetuosa con las diferencias y los derechos de las personas con discapacidad, tal como marca la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas y su protocolo facultativo.
Solo conseguiremos sociedades inclusivas y realmente
respetuosas con las diferencias si cuentan con una ciudadanía responsable, activa, solidaria y defensora de los
derechos de las personas con discapacidad y esto es una labor de todos. Una de
las herramientas más efectivas que tenemos en nuestras manos para fomentar
actitudes basadas en el respeto a esa diferencia es la sensibilización y la
información. Ambas son el motor que ha de ayudar a promover un cambio en el modelo de sociedad en la que el conjunto
de la ciudadanía esté familiarizada y acepte esas diferencias.
Veremos si entre todos somos capaces de lograrlo.
Más información jornada:
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